
algunas son agradables, y las llevamos de forma voluntaria,
otras por desgracia no,
nos han enseñado desde pequeñitos que hay cosas que no se hablan,
que hay cosas que simplemente te las guardas para ti,
e incluso que hay cosas de otros que debes llevar tú porque si...
Así iremos contrayendo pequeñas partes de nuestro cuerpo,
lo más habitual...
tal vez la espalda, no?
Si yo pudiera elegir lo único que cargaría serían unas alas...